BlogLas clases de español, un espacio para pensar
ISSN: 2938-5857

Las clases de español, un espacio para pensar

Espacio para pensar

Autora: Encarna Atienza (Universitat Pompeu Fabra)

La clase de español, más allá de un espacio para aprender los entresijos de una lengua, puede ser también un buen lugar para pensar, discutir, reflexionar y ampliar la mirada. ¿Por qué no llevar al aula de español el fomento de una mirada crítica ante lo que nos rodea?

Tratar al estudiante como una persona con inquietudes y preguntas sobre el mundo que lo envuelve, supone tratarlo como una persona con interés por aprender, discutir, ampliar horizontes. Para ello, la clase ha de ser un espacio para la discusión, para el debate, para el contraste de puntos de vista, para tratar temas que supongan cuestionar la realidad y que, sobre todo, permitan cuestionar las creencias propias sobre la realidad. Con todo ello, estamos llevando a clase el fomento de la actitud crítica, que es de lo que va esta entrada. Cuando los estudiantes sienten que en clase pueden decir lo que piensan y expresar sus voces, bien porque se sienten escuchados, bien porque amplían, modifican o ponen en duda algunas de sus representaciones sobre el mundo, la clase tiene otro sentido: aprenden lengua y, además, discuten sobre temas que les suscitan interés y sobre los que necesitan expresarse.

La clase ha de ser un espacio para la discusión, 

para el debate, para el contraste de puntos de vista

El desarrollo de dicha actitud crítica debe considerar las siguientes premisas:

  1. Los textos son prácticas situadas, es decir, hemos de saber quién escribe el texto, cuándo, para qué, en qué contexto surge, qué género es, etc. Estas condiciones influyen en lo que el texto comunica, en cómo lo comunica y ayuda a entender lo que comunica.
  2. El estudiante debe hacerse preguntas sobre los temas abordados en clase; que no sea solo alguien que responde preguntas, sino que debe crear el hábito de hacérselas y de buscar posibles respuestas. En mi experiencia personal, esto no es algo que se consiga de un día para otro. Los estudiantes no están habituados a hacerse preguntas, a indagar, a ir más allá de lo que los textos muestran. Empiezan haciéndose preguntas simples, que no abren nuevas puertas. Es un proceso gradual y no siempre lineal el que los lleva a hacerse preguntas que los sacudan, que los lleven a establecer nuevas conexiones entre hechos que antes no habían hecho. En este sentido, los estudiantes destacan siempre que el fomento de la actitud crítica los ha llevado sobre todo a ser creativos porque les permite hacer conexiones entre ideas que antes no tenían.
  3. En relación con el punto anterior, es fundamental cuestionar la realidad, pero sobre todo es relevante cuestionarse a uno mismo, cuestionar la representación propia de los hechos y ser capaz de ponerla en duda y transformarla. Comporta, pues, flexibilidad y empatía hacia otras maneras de concebir los hechos.
  4. Hay que llevar al aula distintas versiones de un mismo hecho, para contrastar fuentes documentales, puntos de vista, en definitiva, para mostrar todas las caras de un mismo hecho (todas las caras de la luna).
  5. El léxico es una de las rendijas más habituales por las que se cuela el punto de vista del autor/a del texto. Prestar atención a las representaciones que de los hechos ofrece una palabra determinada puede ser una potente herramienta pedagógica para fomentar la actitud crítica en el aula.
  6. Por último, el fomento de la actitud crítica supone construir un criterio sobre lo discutido; un criterio flexible, no rígido. La construcción de un criterio comporta, en definitiva, documentarse sobre un tema, conocer otros puntos de vista y estar dispuesto a escuchar otras perspectivas y a modificar la propia.
  7. Por último, es fundamental no caer como docente en llevar al aula la propia agenda política o en actuar como embajador de un determinado punto de vista.

Veamos, a partir de un ejemplo extraído del manual C de C1 (págs. 78 y 79), cómo abordar el fomento de la actitud crítica en el aula, atendiendo a los seis puntos que acabamos de enumerar:

 

 

En esta secuencia, se parte de un primer texto cuyo contenido se contrastará luego con otro, un texto académico. Como hemos dicho, la primera acción que requiere el fomento de la actitud crítica es situar los textos (punto 1), que es lo que se busca con la actividad D.2. A continuación, quiero llamar la atención sobre la actividad D.7: “¿Qué palabras e imágenes están relacionadas con la idea de “frontera”?” Una sola palabra, “frontera”, abre las puertas a todo un imaginario de creencias y representaciones del mundo. Ya hemos comentado que el léxico es un modo de abordar el trabajo del léxico en el aula desde el punto de vista ideológico (punto 5).

Por último, en D.9 se presenta un segundo texto, esta vez de carácter académico y se le pide al estudiante el contraste (“haz una lista de ventajas e inconvenientes de este tipo de lugares”) a partir de la información ofrecida por los dos textos (punto 4) y de sus propios conocimientos. Acto seguido, el estudiante valora, opina, pero la opinión es aquí el punto de salida para construir un nuevo punto de vista: “debatidlo y tratad de llegar a conclusiones conjuntas. Se le ofrecen al estudiante una serie de preguntas que, a modo de ejemplo, ayudan a la discusión. Esa batería de preguntas sirven de modelo para que el estudiante se inicie en la cultura de la pregunta, del cuestionamiento, de, en definitiva, interrogar los textos más allá de lo que los textos dicen (punto 2) y pueda construirse un criterio propio sobre el tema (puntos 3 y 6).

Dar la opinión puede ayudar a fomentar

la actitud crítica como primer paso,

pero no es consustancial ni suficiente

Podría argumentarse que siempre se ha pedido la opinión al estudiante en muchas actividades, y sí: dar la opinión puede ayudar a fomentar la actitud crítica como primer paso, pero no es consustancial ni suficiente. Dar la opinión, sin más, no comporta una actitud abierta y flexible; en todo caso, permite que el estudiante exprese lo que piensa, no que reflexione sobre lo que piensa. Si en clase nos quedamos en preguntar por la opinión en torno a un tema, estaremos fomentando la interacción y expresión oral, sí, pero también el “opinionismo”, sin profundizar en los argumentos y sin dar pie a una modificación del propio punto de vista (punto 6).  

Una forma gráfica de sintetizar lo que comporta el fomento de la actitud crítica en el aula son estas palabras de Eduardo Galeano: “Libres son quienes crean, no quienes copian, y libres son quienes piensan, no quienes obedecen. Enseñar es enseñar a dudar”.

Si te ha gustado esta actividad, te gustará también… 

Bitácora Nueva edición 2, unidad 6, 01, Taller de uso.
C de C1. E de emociones, D (Ser feliz por obligación).

Bibliografía

Atienza, E. y Aznar, J. (2020).  Criterios para el desarrollo de las competencias interculturales desde una perspectiva crítica en español LE/L2. Journal of Spanish Language Teaching, 7, 2, pp. 1-13. ISSN: 2324-7800,2324-7800,2324-7797. DOI: https://doi.org/10.1080/23247797.2020.1844471 Cots, J. M. 2006. “Teaching ‘with an Attitude’: Critical Discourse Analysis in EFL Teaching”. ELT Journal 60 (4): 336-345. Martín Peris, E. 2009. “Nuevas perspectivas sobre la comprensión auditiva en el aula de ELE”. En Mosaico, 24: 5-13.

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